Normalmente los seres humanos preferimos mantenernos en la zona de confort. Hacer cambios es más difícil que seguir enfrentando aquellas cosas con las cuales estamos insatisfechos. Nos hemos acostumbrado a vivir de cierta forma, y no importa si hay otra mejor.
El temor a lo desconocido puede más que nuestra insatisfacción. Y nos justificamos con expresiones como “para que hacer las cosas de otra manera si así han funcionado bien”, “es que no sé si eso del Coaching va a funcionarme a mí”, “es que no me gusta ventilar mis asuntos con otras personas”, y muchas otras.
Lo que logran quienes se deciden.
Y qué pasaría si me arriesgara, si dejase de inventarme excusas o de diferir mis decisiones. Tal vez me llevaría una grata sorpresa, y al igual que tantas veces en las cuales me he forzado un poco vería llegar nuevas perspectivas a mi vida.
Los testimonios que se escuchan sobre el Coaching algunas veces pueden sonar un poco exagerados o, tal vez, como el resultado de un momento muy especial, en el cual la persona no está pensando racionalmente, sino más bien emocionalmente.
Pero en tantos años con el Coaching, y sin perder el contacto con algunos de mis Coachees, yo he notado como aquellos que siguen un trabajo de compromiso con ellos mismos siguen cosechando frutos de mejora en sus vidas. Claro está, que esas mejoras posteriores a sus sesiones de Coaching tienen que ver con poner en práctica las acciones a las que se comprometieron consigo mismos durante las sesiones de Coaching.
También he escuchado a Presidentes de grandes Compañías declarar que gracias al Coaching lograron superar momentos críticos durante sus carreras profesionales. Y como resultado de haber enfrentado esos momentos con el acompañamiento de un Coach habían logrado alcanzar la posición en la cual estaban.
Es una realidad que el Coaching es una disciplina relativamente nueva, pero a pesar de eso ya se presenta como una poderosa herramienta para ayudarnos a alcanzar nuestro potencial, para permitirnos ser más felices y más eficaces, tanto a nivel individual como organizacional.
Lo que puedes estar planteándote.
Si te encuentras a ti mismo frente a alguna o varias de estas interrogantes, es posible que haya llegado el momento de buscar el acompañamiento de un Coach debidamente preparado.
¿Por qué me comporto de cierta forma y no estoy satisfecho conmigo mismo?
¿Por qué no he logrado un mayor progreso en mi vida, si estoy preparado?
Tal vez con frecuencia te sientes confundido.
Sabes que tienes mucho de que estar agradecido, pero no entiendes ¿por qué no logras sentirte feliz?
El Coach se centrará en establecer que deseas mejorar, ayudándote a identificar que te lo impide y cómo puedes lograr tus metas, o tus sueños. Y es más un trabajo de identificar los obstáculos (reales o imaginarios) y tus fortalezas, así como lo que te puede estar faltando aprender.
Te invito a escuchar tu voz interior y a hacer una evaluación completa de cuál sería el mejor Coach para ti. Existen organizaciones serias que afilian a Coaches a nivel mundial, y que avalan su preparación y experiencia. Esta es una buena forma de comenzar.